El Newsletter de Rafa #94 ☕ - La Unión Europea vs Big Tech
Sobre la nueva Ley de Mercados Digitales y sus posibles consecuencias no deseadas
Tiempo de lectura: 5 minutos
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🔐 Reparar la casa sin romper los vidrios
La nueva Ley de Mercados Digitales (“DMA”) de la Unión Europea ya es casi un hecho, su llegada con seguridad cambiará por completo el panorama para las compañías grandes de tecnología.
Una vez que la ley sea ratificada en los próximos días, lo más seguro es que se volverá en el nuevo estándar que otros países buscarán seguir, del mismo modo que las reglas de GDPR cambiaron el panorama de protección de datos personales mundial. Sabiendo esto, me pareció importante poder entender lo que esta ley logrará, y sus consecuencias no deseadas.
De la teoría a la práctica hay un camino largo, y como serán realmente aplicadas estás nuevas reglas esta por verse. Lo que es una realidad es que podría traer uno de los cambios más grandes de la era digital.
Entre los cambios más grandes que la ley busca lograr es no permitir a la compañías grandes imponer software por defecto en la instalación de sistemas operativos. En pocas palabras, esto quiere decir que el nuevo iPhone no podrá venir instalado con Apple Music como su aplicación para streaming de música por default o Gmail no podrá venir pre-instalado como la aplicación de correos electrónicos default de Android.
En términos generales, esto suena bien. En la mayoría de los casos, las aplicaciones que vienen instaladas por default en el teléfono se convierten en las que los usuarios más usan. No sé si este efecto psicológico ha sido estudiado, pero en general la gente tiende a irse por lo más fácil y nada es más fácil que usar las aplicaciones con las que el teléfono ya viene.
La verdadera pregunta aquí es si realmente hará una diferencia. Cualquiera que ya tiene un teléfono, y para los efectos de esta ley europea eso es la mayoría de su población, lo primero que hará es descargar las aplicaciones que ya antes usaba (Apple Music, o Gmail, o Safari, o Chrome, etc.). Por otro lado, y no estoy claro si estoy exagerando o no, es posible que uno tendría que una por una instalar las aplicaciones básicas que uno asume ya vienen con el celular (calculadora, aplicación de mensajes de texto, etc.). De ser así, esto podría ser un verdadero dolor de cabeza para el consumidor general.
La verdadera prueba de si esto es efectivo o no será si las nuevas generaciones (aquellos que hoy no tienen teléfonos por ser demasiado jóvenes) instalan igual las aplicaciones que les habrían venido pre-instaladas con sus teléfonos, o si esto abrirá la puerta a que nuevos jugadores y más innovación pueda surgir. La apuesta del DMA sin duda es la segunda.
Adicionalmente, la nueva ley podría obligar a Apple a permitir que alternativas al App Store puedan existir en los iPhones, algo que la compañía no permite hoy en día. En comparación, los usuarios de Android hoy pueden instalar aplicaciones desde el Google Play Store, desde otras tiendas de aplicaciones (Huawei y Samsung, por ejemplo, tienen las suyas) o descargándolas directamente desde internet.
Por muchos años, Apple ha argumentado que no permite lo mismo que Android para asegurar la seguridad de sus usuarios, pero la realidad es que la experiencia de los usuarios de Android demuestra que la mayoría de los usuarios igual terminan usando las tiendas de las grandes compañías, y no instalando vainas demasiado raras. Dar la opción a los usuarios de iOS de instalar lo que quieran en sus celulares es algo lógico y bueno.
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Como las compañías grandes de tecnología recolectan y utilizan datos de sus usuarios será otro de los cambios grandes que la ley traerá. Con esta nueva ley, las compañías no podrán utilizar datos recolectados en una de sus plataformas para mostrarnos publicidad en otras plataformas sin nuestro consentimiento. En términos prácticos, estos significa que compañías como Facebook no podrían utilizar información que recolectan sobre los usuarios de Instagram, para luego mostrarles publicidad personalizada en Facebook (el app).
Si bien en la práctica lo más seguro es que la mayoría de la gente ni se dará cuenta y dará permiso a Facebook/Google/etc para seguir usando sus datos para recibir publicidad personalizada, el hecho de que uno pueda opt-out y no dejar que lo persigan a uno por toda la web es una expansión posiblemente radical de los derechos digitales de los consumidores.
El que el default sea que Facebook o Google no pueden perseguirlo a uno con publicidad personalizada por todas sus plataformas que usamos en nuestro día a día, podría alterar radicalmente el modelo de negocio de ambas compañías. En términos económicos, Facebook y Google son compañías de publicidad con un componente tecnológico. El que por default no puedan hacer lo que hacen hoy para mostrarnos publicidad personalizada podría ser un golpe duro a sus modelos de negocio.
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Si bien esto último no afecta tanto a Apple, el gigante del Silicon Valley no saldrá tampoco ileso de esta pelea. Agregándole a todo lo anterior, el DMA podría forzar a Apple a romper el monopolio que hoy en día tiene sobre los métodos de pago en las aplicaciones de iOS.
Para aquellos que no recuerdan, este es quizás de los temas más controversiales en los que Apple está involucrado. Cualquier aplicación en iOS que quiera permitir a sus usuarios hacer compras o suscribirse desde el app, esta obligada a pagar a Apple una comisión del 30%. Compañías como Spotify y Epic Games (creador de Fortnite) no permiten a sus usuarios realizar compras desde el app, precisamente para evitar pagar esta comisión.
Esta nueva ley podría obligar a Apple a permitir que las aplicaciones permitan métodos de pago distintos a Apple Pay en sus aplicaciones de iOS, efectivamente logrando evitar pagar la comisión que Apple hoy cobra.
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Por último, pero sin duda no menos importante, esta la parte de la ley que quizás fue la que me hizo tener ganas de escribir todo esto. Una de las más grandes iniciativas de la ley es “garantizar la interoperabilidad de las funcionalidades básicas de sus servicios de mensajería instantánea”.
Esto significa varias cosas. En su interpretación más simplista, lo que esto significa es que las aplicaciones de mensajería que funcionan en iOS deben también funcionar en Android, y viceversa. Es decir, que iMessage llegará a Android y deberá funcionar igual de bien que funciona en iOS.
Si esto fuese todo, realmente no sería gran cosa. La mayoría de las aplicaciones de mensajería (WhatsApp, Signal, Facebook Messenger) hoy ya funcionan igual de bien en ambas plataformas. Sin embargo, esta ley busca llevar las cosas a otro nivel.
De acuerdo a como define interoperabilidad la ley, las plataformas deberían permitir que usuarios en distintas plataformas puedan comunicarse directamente sin tener que cambiar de plataforma. Es decir, que yo debería poder mandar un mensaje a a un amigo mío desde WhatsApp y si el no usa WhatsApp si no Signal, WhatsApp y Signal deberían poder entenderse para que mi mensaje le llegue.
En principio, esto suena muy chévere, pero en la práctica podría llevar a uno de los mayores retrocesos de privacidad en telecomunicaciones de la última década. Esto se debe a que plataformas como WhatsApp y Signal usan lo que se conoce como encriptado de fin a fin (E2EE). Como el E2EE funciona, es que cuando yo mando un mensaje a alguien en WhatsApp, solo yo y el recipiente podemos leer el mensaje. WhatsApp es la tubería por el que se mueve, pero como el mensaje está encriptado el app no puede leerlo.
En términos técnicos, hoy en día sería imposible o casi imposible mantener un mensaje encriptado y lograr que sea transmitido entre plataformas distintas que usan tipos de encriptado distintos. De ser aplicada la ley en este aspecto, significaría en términos prácticos el fin de las comunicaciones encriptadas y abriría la puerta a que tanto las plataformas, los gobiernos, y/o malos actores puedan leer las conversaciones de todos.
Quizás no suena como algo grave, siempre estará el que dice que no tiene nada que ocultar entonces esto no le afectará, pero el tener E2EE en plataformas como WhatsApp es lo que ha permitido a disidentes en países con dictaduras poder comunicarse sin miedo a ser espiados por sus gobiernos. No es posible tener interoperabilidad entre plataformas de mensajería y E2EE, y el riesgo de perder E2EE es demasiado grande.
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El DMA trae muchas cosas buenas, dar más control a los consumidores sobre que pueden instalar en sus celulares, y sobre sus datos personales y como son utilizados para fines publicitarios es indiscutiblemente algo bueno. Permitir que aplicaciones puedan elegir que pasarela de pago usar, y así no tener que pagar comisiones absurdas, es algo que podría permitir que más compañías pequeñas puedan llegar a más usuarios.
Pero nada de esto importa si significa el fin de la privacidad de nuestras comunicaciones digitales. Es algo que damos muy por dado, y que muchos ni siquiera saben que tienen, pero que no tener podría abrir una caja de pandora en la que todas nuestras comunicaciones pueden ser vigiladas, o analizadas para fines publicitarios.
El DMA todavía puede ser un éxito y la ley revolucionaria que la Comisión Europea pretende que sea, pero no si efectivamente ilegaliza el E2EE. No sirve de nada reparar la casa si en el proceso rompes los vidrios.
Como siempre, gracias por leer :)